Si los odontólogos y médicos especialistas fueran conscientes de cómo un pequeño accidente puede truncar sus carreras para siempre, leerían con atención cómo proteger partes fundamentales de su cuerpo.

Un cirujano no puede operar si tiene una lesión en la muñeca.

Tampoco si tiene un dedo dañado. 

O si algo le impide hacer el gesto de la pinza. 

Un dentista tampoco puede hacer su labor con visión borrosa o pérdida de visión.

Si estas lesiones fueran permanentes, sería el final de la carrera. 

Nunca más podrían operar. 

Con el impacto económico que eso supondría:

¿Qué pasaría en tu vida si no pudieras ejercer nunca más la actividad que hoy es tu principal fuente de ingresos?

No sé si te lo has preguntado alguna vez… 

Pero esto es algo que le puede pasar a alguien que lleve ejerciendo 30 años. Y también a alguien que lleve 30 días en la profesión.

Porque todos podemos tener un accidente. 

Puede ocurrir practicando ski, apoyando mal la mano en un resbalón o cortándote con el sedal mientras pescas en tu barco.

Fotograma de la película Dr Strange. El protagonista, encarnado por Benedict Cumberbatch, es un afamado neurocirujano que se destroza las manos tras un accidente de tráfico y nunca más puede volver a ejercer su profesión.

Nos guste o no, nuestro estilo de vida nos expone a estos accidentes. 

Puedes tener un accidente de tráfico. Puedes pillarte un dedo con una puerta. Puede saltarte aceite al ojo mientras cocinas. 

Con la diferencia de que si yo pierdo un ojo o el dedo índice, puedo seguir haciendo mi profesión. 

Pero tú no.

¿Podrías hacer esto con una lesión permanente en el índice o el pulgar?

Cuando todo lo que sostiene tu estilo de vida se sustenta en algo tan pequeño como un dedo o un ojo, algunos deciden protegerse.

Esto es lo que lleva a muchos famosos a asegurar partes de su cuerpo que consideran imprescindibles para su actividad profesional. 

Como hizo Iker Casillas con sus manos. 

O Fernando Alonso con sus dedos pulgares.

Porque aquí estamos hablando algo muy concreto:

Cubrir lo mejor posible las consecuencias económicas de que tú, al no poder utilizar más esa parte de tu cuerpo, ya no puedas ejercer tu profesión.

Si Alonso pierde un pulgar o los dos, ya no puede manejar el volante ni los controles. Adiós carrera. 

Entonces, él, como tantos otros profesionales conscientes de la importancia de esto que te cuento …

… decidió asegurar esa parte de su cuerpo indispensable para ejercer su actividad económica…

… y hacerlo por una cantidad acorde a lo que es capaz de ingresar con ella.

¿Por qué asegurar manos y ojos puede tener sentido para un odontólogo o un médico especialista?

Muchos especialistas médicos se apoyan en el uso de los ojos, dedos índice, pulgar y medio y movimientos del hombro y muñeca para hacer sus intervenciones. 

Esto es evidente en odontólogos y cirujanos. 

Pero también se da en otras especialidades sanitarias como podología, fisioterapia u osteopatía.

Entonces, existe un baremo para determinar, en caso de accidente, qué indemnización corresponde. 

La Seguridad Social tiene el suyo: 

Por la pérdida total de cualquiera de los dedos que forman «la pinza», o por pérdida o disminución de la visión binocular en un porcentaje superior al 50 %, la indemnización máxima es de 2.450€.

Es probable que esa cantidad equivalga a tus ingresos de 10 días. 15 quizá. 

Y eso es todo. O sea que:

Tú has dedicado miles de euros (y horas) a formarte para convertirte en odontólogo o cirujano...

… sufres el infortunio de perder un ojo en un accidente … 

… con lo cual ya no puedes ejercer tu profesión nunca más …

… y la Seguridad Social te asigna una indemnización por valor de lo que pagaste por un par de asignaturas de un máster especializado:

2.450€.

Ante este panorama se hace indispensable contratar un seguro de accidentes. 

Pero a ti no te vale un seguro de accidente normal

Te cuento por qué:

En esta tabla de abajo te muestro el baremo habitual de un seguro de accidentes:

Pérdida o inutilidad absoluta

Derecho

Izquierdo

Del brazo o de la mano

60%

50%

Del sentido de ambos oídos

60%

60%

Del dedo pulgar

22%

18%

Del dedo índice

15%

12%

Del dedo medio

10%

8%

Demás dedos de la mano

8%

6%

¿Qué significa esta tabla de baremos? 

Que si tú tienes un capital asegurado pongamos que de 700.000 €…

… y en un accidente pierdes el dedo índice de tu mano dominante,

... entonces este seguro te indemniza con el 15% de ese capital. 

Ya no estamos hablando de 2.450€. Estamos hablando de 105.000 €. 

¿Es mucho? ¿Es poco? 

Pues veamos un baremo con coberturas especiales para ojo y mano:

Pérdida o inutilidad absoluta

Derecho

Izquierdo

Del brazo o de la mano

100%

100%

Del sentido de ambos oídos

100%

100%

Del dedo pulgar

100%

100%

Del dedo índice

100%

100%

Del dedo medio

90%

90%

Demás dedos de la mano

25%

25%

¿Qué pasa cuando tienes un seguro con este baremo y pierdes un dedo índice?

Pues que tienes una cobertura del 100% del capital asegurado. 

Es decir: no se considera que el dedo índice representa el 15% de tu cuerpo. 

Sino que, como es una parte fundamental para ejercer tu actividad, se barema como si fuera la totalidad de tu cuerpo

Así que si tenías un capital asegurado de 700.000 €, eso es lo que te corresponde de indemnización. 

Porque no lo olvides. Con este tipo de seguros especiales...

Estás asegurando las consecuencias económicas de perder las partes de tu cuerpo esenciales para ejercer tu profesión.

Estás blindando tu futuro para que un accidente no trunque tu estilo de vida mientras das con una fuente alternativa de ingresos que no dependa exclusivamente de tu agudeza visual y la destreza de tus manos. 

Si me preguntas, un Seguro de Accidentes con cobertura de manos y ojos debería ser el Pack Mínimo Vital para cualquier odontólogo o cirujano.

Al igual que no puedes abrir una consulta sin un seguro de responsabilidad civil…

… Un sanitario no debería plantearse ejercer su profesión sin la tranquilidad de saber que sus manos y ojos están asegurados en caso de accidente.


¿Asegurar un ojo de la cara vale un ojo de la cara?

Tal vez pienses que un seguro así debe valer un dineral. 

En ese caso te diré que es posible obtener un capital asegurado de 720.000€ pagando menos de 425 € al año. 

No sé si pagar menos de 36 € al mes es mucho gasto para ti…

… o si con tus coberturas actuales podrías hacer frente a los costes de tu clínica y estilo de vida en caso de tener que dejar de ejercer tu profesión de la noche a la mañana. 

En cualquier caso, hay otro aspecto interesante que debes saber:

Estos seguros de accidente especializados también cubren el contagio accidental por SIDA o hepatitis.

 

Importante tenerlo presente. 

Porque estos accidentes pasan. 

Son poco habituales, pero ocurren. 

Que uno toma todas las precauciones cuando tiene que atender a un paciente con aspecto de tener SIDA …

… o del que se sabe que tiene hepatitis porque lo confirma el análisis del preoperatorio.

Pero no siempre puedes saber qué corre por las venas de tus pacientes:

A veces no hay análisis preoperatorio. Por ejemplo:

Los odontólogos tienen que dar un salto de fe y asumir que el paciente no miente cuando rellena su cuestionario de salud antes de una intervención.

Entonces:

Estos seguros pensados para sanitarios te cubren el 100% del capital asegurado si acabas contagiado accidentalmente ejerciendo tu trabajo.

La razón es sencilla:

Al igual que si pierdes un ojo o un dedo, ya no puedes operar…

tampoco puedes hacer cirugías siendo portador de hepatitis o SIDA.

Es posible que esas enfermedades no afecten directamente a tus habilidades como cirujano…

… pero si cometes un error y acabas contagiando a un paciente … 

… ten por seguro que te has buscado la ruina

Porque no habrá seguro, ni colegio, ni abogado ni entidad alguna que te salve la papeleta en caso de contagio a sabiendas de que tú eras positivo. 

Y a ver de dónde sacas el dinero para pagar una indemnización millonaria.

Así que por este motivo este tipo de seguros tan especializados cubren el 100% del capital asegurado en caso de contagio accidental por un paciente infectado con hepatitis o SIDA. 

Porque si ocurre, al igual que si pierdes un pulgar, adiós carrera. 

Un último detalle que deberías tener en consideración:

Mejor contar con alguien que sepa defender tus coberturas como si el accidente lo hubiera vivido en sus propias carnes.

Me pasó un caso con un cliente odontólogo que, levantando un sillón, se rompió el tendón que discurre a lo largo del dedo índice. 

Por ese desgarro, tras la recuperación, el dedo se había quedado torcido 5 grados.

Cuando tus dedos son esenciales, incluso una lesión con una torsión de 5 grados conlleva una indemnización.

En una póliza de accidentes normal, mi cliente no hubiera tenido derecho a ningún tipo de indemnización. Por una lesión así, ninguna.

Cero euros.

Porque 5 grados de pérdida de rectitud en el dedo índice con respecto al cuerpo, lo que representa eso para un seguro normal es cero cobertura. 

Pero cuando tienes un seguro de accidente con baremo de mano en donde una lesión en el índice equivale a tener una invalidez absoluta… 

… porque te dan el 100% del capital asegurado…

… esos 5 grados de desviación en un dedo, en proporción, sí que requieren indemnización

Por esa razón, a este cliente le correspondía un buen dinero. 

Pero fíjate si es desconocido este tipo de coberturas que el médico perito que valoró la lesión dijo que no le tenían que indemnizar

Esa médico no era capaz de comprender la póliza: 

Estaba tan habituada a pólizas de accidentes normales que, cuando abordó el caso de mi cliente, lo trató como una más. 

No era capaz de interpretar que, con este baremo de manos, el dedo de mi cliente representa el 100%. Y que al perder cinco grados de movilidad en ese dedo, le correspondía una indemnización equivalente a la de una cojera o perder la movilidad de un brazo entero. 

Al final le dije a mi cliente:

“No te preocupes. Vamos a apelar. Yo me encargo de todo.”

Llevé el caso a los tribunales y lo ganamos, ¡por supuesto! 

Porque mi conocimiento de este tipo de seguros tan específicos es muy superior al de muchos peritos como esta médico que desconocía por completo su funcionamiento.

Me presenté con un radiólogo y un traumatólogo muy reconocidos para que apoyaran mis argumentos a nivel médico y científico. 

Recurrí también a un buen abogado (que también es buen conocedor de este tipo de seguros, por cierto) y formé con ellos un equipo donde yo mismo  coordinaba el caso a nivel técnico, pues conocía al detalle todos las cláusulas y condiciones de la póliza.

Con esto quiero decirte que si has leído hasta aquí y todo esto que te cuento ha servido para que decidas proteger las partes vitales de tu anatomía a la hora de ejercer tu profesión, yo he cumplido mi cometido. 

Y si además quieres que sea yo quien te acompañe en el proceso de principio a fin…

… orientándote con la cobertura de capital asegurado idóneo para ti… 

… con acceso directo a mí para guiarte en caso de siniestro (ya sea por un golpe o un pinchazo tratando un paciente) 

… y hasta dando la cara por ti en los tribunales si das con un perito que no sabe interpretar tu póliza…

… entonces, en ese caso, lo único que tienes que hacer es presionar el botón de abajo y concertar una llamada para que hablemos.

Un saludo afectuoso. 

Vicente García Agüera

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